El Narco Estado de los Pranes y su aberrante relación simbiotica con el Gobierno
Por Pablo Jiménez Guaricuco Pablotx77@hotmail.com
Nos escandalizamos y horrorizamos al leer las macabras noticias que nos llegaban de ciudades como Bengazi y Mosul, acompañadas de las violentas imágenes de ejecuciones hechas por el auto denominado Estado Islámico quienes a sangre y fuego han implementado su Disociada Verdad en varias zonas del medio oriente. El repudio y la condena sobre estas acciones y pretensiones ha sido mundial, todos lo hemos condenado.
Sin embargo en nuestra propia tierra, lejos geográficamente de esos sangrientos fanatismos religiosos basados en una visión errónea del islam, crece un baño de sangre igual o peor; y digo peor porque la violencia desatada en nuestra Patria Venezuela no solo carece de razón, sino que quienes la ejecutan ni siquiera buscan algún pretexto ideológico, religioso o conceptual para tratar de justificar sus actos criminales, es barbarie pura, matar por matar.
Desde Telesur y VTV vemos como se analiza el nacimiento del estado islámico y la responsabilidad de quienes lo armaron pero no hay ni un minuto de análisis a este reguero de muertos que sacude Venezuela y ni en sueños imaginar ver en esas pantallas la opinión experta de los especialistas calificados en criminología, psiquiatría, psicología y otras ciencias sociales de las universidades del país hablar sobre esta situación que crece cada día.
Y mientras el silencio de estos medios de comunicación se mezcla con la fetidez de la ineficiencia del sistema judicial que solo produce cada día más impunidad, el ministerio del interior sigue por el mismo derrotero de utilizar los recursos de inteligencia para vagabunderías políticas como la interferencia de llamadas telefónicas a opositores, vigilancia y seguimientos a empresarios sospechoso de conspirar y dedicar horas de análisis de información sobre “Camaradas” y “altos militares” a punto de brincar la talanquera; permitiendo por descuido o dejando correr a propósito por las redes sociales fotos y videos de jóvenes, sin miedo a grabarse, mejor dicho, grabándose deseando ser reconocido por todos, desmembrando personas vivas y muertas, ejecutándolos con tiros de gracias en la cabeza para luego quemarlos y arrastrarlos con motos para luego nuevamente disparar al cadáver calcinado… actos verdaderamente salvajes ejecutados con mucha saña.
Es así como las noticias grotescas no solo nos llegan de Ramadi y Tikrit por el terror del Estado Islámico, ahora Leemos en los medios nacionales noticias de familias enteras que han sido quemadas vivas o ajusticiadas en la cota 905 en Caracas, personas decapitadas o descuartizadas en Cua, Ocumare y Santa Teresa del Tuy; toques de queda sangrientos en Maracay, san Juan de los Morros; niños y adolescentes quemados, mutilados en el Valle de Caracas, denuncias de desaparecidos en las minas de Bolívar.
A las Madres solo le queda gritar y clamar justicia ante los oídos sordos de un Gobierno preocupado más en mantenerse en el poder que en el dolor de toda una nación rodilla en tierra pero por la Humillación del hambre y la necesidad en una cola; y no ha terminado de rodar aun por las mejillas de esa madre la ultima lagrima por esa pérdida irreparable y ya se inundan sus ojos y su alma toda por el mismo dolor amargo de otra muerte a manos de estas bandas sin control.
¡Gritos de muertes se oyen en el barrio!, ¡gritos de dolor amargo con buches de sangres se escuchan en el cerro!, ¡gritos de rabia e impotencia en el campo!.
Con gritos desesperados de un pueblo acorralado por el miedo y las potentes armas de guerra de las Fuerzas Armadas Bolivarianas compradas a muy bajo costo junto con la dignidad de quien la suministro nace y se levanta El Narco Estado de los Pranes con sus propios códigos inmorales que llaman “la Palabra”, discurren por doquier repartiéndose el control del territorio nacional y cada lugar tomado se transforma en un sitio oscuro llamado zona de paz, donde perro come perro y la violencia es la ley. Para ellos los barrotes no son un castigo sino una fortaleza, una base de operaciones; desde las cárceles han tomado el control de pueblos completos y es su principal fuente de financiamiento.
El gobierno central confiesa que sabe quiénes son, donde están y como operan lo cual revela su cínica y aberrante relación simbiótica parasitaria, y como prueba de ello tenemos las fotografías de la ministra del sistema penitenciario Iris Varela con su “amigo” el Pran llamado El Conejo que “colaboraba” en el buen Orden del Penal.
Para los Pranes las alcaldías y gobernaciones no significan nada, en su mente perversa fueron “desbaratas” como concepto de gobierno y autoridad -como dijo Aristóbulo hace 3 años- y sus policías son solo enemigos mal pagados que pueden corromper o eliminar para luego usarlos como una estación de abastecimiento de armas y municiones.
Es hora de cambiar las cosas, es hora de levantarnos, nuestra vida y la de nuestras familias depende de ello. Seguir esperando bajo estas condiciones de amenaza es irresponsable. ¿Cuántas muertes más tienen que suceder para entender que el tiempo de cambio es ya?
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