Escrito por Boris Santos Gómez Úzqueda |
Sábado, 20 de Febrero |
En algún momento el presidente de Ecuador dijo que “están preparados
para un precio promedio del barril de USD 20”, afirmación que obviamente
no fue sostenida dado que los precios del barril/petróleo están,
inclusive, para el caso ecuatoriano por debajo del costo de producción
(al 19.02.2016 está en USD 16/barril) teniendo como referencia alWest
Texas Intermediate (WTI) USD 31,91/barril. De manera que no existen los
“blindajes” financieros cuando caen precios de la principal arma de la
economía: la transacción de volúmenes de petróleo en mercados abiertos.
Por su menor calidad, el precio estimado del barril de crudo
ecuatoriano no llega a 20, según Petroecuador.
¡Que contraste cuando estaba el barril ecuatoriano a USD 110,oo!
Al
12.02.2016 el precio teórico/estimado del petróleo ecuatoriano se ubicó
en USD 16,99/barril (ponderación de crudos de “Oriente” 70% y “Napo”
30% determinado en base al WTI).
El “modelo” ecuatoriano de Correa
”triunfó” y fue “exitoso” cuando el barril de petróleo estuvo a precio
elevado (USD 110). A precios bajos la “revolución ciudadana” se va
abajo. Mismo efecto en Bolivia que disfrutó una década de bonanza
gracias a sus buenos precios del gas y en Venezuela lo propio. Hoy los 3
países sufren por ausencia de políticas públicas en hidrocarburos
claras, modernas, transparentes y alejadas de los calores populistas.
En
algún momento el mismo presidente le dijo a la prensa internacional que
los precios no alcanzaban para cubrir cuotas de costos de producción,
rendido por la realidad. Claro, Ecuador, igual que Venezuela o Bolivia
¿siguen? creyendo en una capacidad de mando sobre las fuerzas del
mercado energético. Eso es, casi/casi, imposible.
Caídas de
precios de gas y petróleo significan sin inequívoco: ajuste fiscal. Las
compañías estatales petroleras de Ecuador (Petroamazonas/Petroecuador)
van a reducir, de seguro, sus presupuestos operativos porque con los
actuales ingresos no van a poder cubrir costos de los actuales niveles
de producción.
Bolivia (productora gasífera pero con precios
asociados al petróleo), por ejemplo, en algún momento de 2015 armó su
presupuesto con petróleo a USD 65, Ecuador para 2016 fijó a USD 35… vean
la diferencia entre la proyección y la realidad objetiva de los precios
que el mercado está señalando.
Lo primero que hizo Ecuador, o
Bolivia o inclusive Arabia Saudita fue echar mano de sus reservas
internacionales. La “pequeña diferencia” entre los ahorros sauditas o
ecuatorianos es abismal. El reino saudita llegó a ahorrar 900 mil
millones de USD –inclusive más en bienes, acciones, oro, etc- para
épocas duras. Los populismos del ALBA despilfarraron ingresos de
petróleo/gas…
Banco Mundial calcula que la economía ecuatoriana caerá 2% este año.
Algunos
cálculos de analistas señalan que se requieren USD 10000 millones para
“sostener” producción petrolera ecuatoriana. Complicado: las
corporaciones y capitales externos no van a hacer mucha inversión en
Ecuador. Con mucho esfuerzo Ecuador traspasó (2015) el campo “Auca”
mediante contrato con multinacional Schlumberger a cambio de USD 1000
millones que, todo experto en finanzas energéticas sabe mejor que yo, no
son suficientes para operaciones petro/gasíferas que requieren alto
volumen de capital.
Amén de los problemas operativos para las
estatales vienen los problemas de falta de dinero y re-distribución
impositiva (menos dinero para gobiernos descentralizados y municipios) y
menos dinero para otras acciones estatales (como infraestructura,
salud, vivienda) que deben ser re-dirigidas a sostener la producción
petrolera ecuatoriana.
A ello agregar un nuevo elemento: el
ingreso de Irán al ruedo de países vendedores de petróleo, luego del
levantamiento de “sanciones” que las potencias mundiales le impusieron
por su programa nuclear.
Imaginen un mercado petrolero: con Arabia
sin dejar de producir, con Rusia, Emiratos, Venezuela y un Irán que
aporte (3.8 millones/barril/día para fin de año, actualmente produce 2,8
millones/barril/día).
Emitir deuda estatal para Ecuador será
demasiado complicado dado que –conforme informes internacionales-
Ecuador tiene un índice de riesgo tan alto que ahora será más difícil
adquirir deuda estatal.
Es una máxima que mis amigos economistas
me enseñaron que “con menores ingresos (del gas o petróleo), el déficit
del Estado se incrementa y los financiamientos que lleguen al país van a
exigir más condiciones y serán más costosos”.
Menos mal llega una
pequeña “tabla de salvación”: el anuncio del cártel OPEP para
“congelar” producción petrolera para estabilizar precios.
Algunos
analistas y expertos indican que la crisis puede ser una oportunidad
para pensar en un Ecuador, en una Bolivia en una Venezuela con nuevos
modelos de producción: no petroleros, sino impulsado tecnología,
turismo, negocios agrícolas, etc. pero para que eso llegue falta
muchísimo.
El rol del estado populista en sociedades altamente
dependientes de recursos naturales no fue de los mejores: corrupción,
despilfarro y ¿desarrollo? sin creatividad.
Copio la frase que
dibuja al Ecuador de hoy: “Necesitamos más libertad. Tenemos que dejar
de ser una sociedad de junkies petroleros, y pasar a ser ser una
sociedad abierta, libre y próspera, sostenible a largo plazo, tal como
lo han hecho Chile o Suecia”, de la autora Arianna Tanca Macchiavello;
frase que por cierto también se acomoda perfectamente al sueño de una
nueva Bolivia o Venezuela.
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