“Chavismo: una tendencia histórica muy anterior
a Chávez, que seguramente lo sobrevivirá y que
es necesario combatir a muerte, extirparlo
como una asqueante pústula”. Manuel Caballero. |
La
democracia, a pesar del criterio enano de los bárbaros, fija límites
normales al poder, también a la libertad; pero ello no significa
desmedro ni violación a la dignidad de los ciudadanos, quienes siempre
podrán ejercer su derecho a la protesta como medio de presión y crítica
para una racional y pacífica convivencia en sociedad.
Hoy en
Venezuela, la sola existencia del chavismo o lo que queda de este
representado por el régimen que regenta Nicolast Maduro, sigue atentando
contra la democracia que tanto costó consolidar en buena medida y
durante algo más de cuarenta años, a pesar de los denuestos y las
barbaridades que se le endosan.
Como una
prueba más de la pérdida de la libertad y del aumento de las injusticias
en el país, vemos como la bancada dizque de la patria o bloque rojo en
la Asamblea Nacional, se opone a la Ley de Amnistía y Reconciliación
Nacional, cuyo proyecto se aprobó hace poco en primera discusión,
arguyendo razones descabelladas, motivos fútiles e innobles,
circunstancias sin asidero que las sostengan ni en derecho ni en
justica, inclusive, llamándola “Ley de amnesia criminal”, en esa
recurrida práctica de neolengua que tanto daño causa al idioma y a las
instituciones.
Pues bien, vuelve la peste roja empoderada en mala hora a violar la justicia, con toda clase de formas de opresión envilecida que derivan de la restricción de los derechos individuales en las represiones del poder, hasta el límite extremo de las condiciones elementales de la integridad personal. Son bien conocidos los casos de torturas, especialmente contra los prisioneros políticos, a los cuales se les deniega muchas veces incluso un proceso normal o que se ven sometidos a arbitrariedades en el desarrollo del juicio.
No sea usted como esa gente de mala memoria, que empeña la palabra y luego no va a buscarla nunca.
Criminal amnesia lo constituye el pretendido olvido, que Caldera II sobreseyó al golpista y su combo, quien nunca fue a juicio por no confiar en la justicia. De allí que no fuera sentenciado. Ese mismo golpista que reunió en su persona la suma del poder público y pronto se convirtió en un enemigo declarado de los DD. HH, criminalizando a sus defenderos y a las ONG, judicializó la protesta social pacífica y persiguió penalmente a los disidentes políticos.
Criminal olvido lo sería, si se perdiera la memoria sobre aquel milico golpista que encarnó la suma de todos los defectos morales del venezolano, tan grosero, que hasta sus apuros intestinales los describía en cadena nacional y ofrecía “dar lo suyo” a su mujer de entonces.
Criminal
sería olvidar a aquel que dijo “ser rico es malo”, o al hoy jefe del
bloque rojo y abatido que espetó: “no vamos a sacarlos de la pobreza
para que se vuelvan escuálidos”, ni al monje Giordani quien sin
desparpajo afirmó: “los pobres tendrán que seguir siendo pobres, los
necesitamos así…”. El muerto al hoyo y los vivos dándose golpes de
pecho.
Venezolano, haz memoria, y cuenta los desmanes de la diecisieteañera pesadilla roja, porque si usted no cultiva su memoria, vendrá otro a sembrar cuentos de rutas y caminos, de empanadas y conucos.
La memoria es de los demócratas; del autócrata el olvido.
Venezolano, haz memoria, y cuenta los desmanes de la diecisieteañera pesadilla roja, porque si usted no cultiva su memoria, vendrá otro a sembrar cuentos de rutas y caminos, de empanadas y conucos.
La memoria es de los demócratas; del autócrata el olvido.
Jesús Peñalver es abogado
Columnista de Opinión
penalver15@gmail.com / @jpenalver
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